Cuando Alicia Woods comenzó a trabajar como gerente de cuentas de ventas de un fabricante en Ontario, Canadá, no sabía que uno de sus desafíos más grandes sería enfrentarse con situaciones incómodas para ir al baño.
La primera vez que bajó a una mina hace 15 años, era evidente que las instalaciones y los equipos allí estaban hechos para mano de obra masculina. Cuando se puso su mameluco se dio cuenta que, incluso la talla más pequeña, le quedaba demasiado holgada.
Cuando Alicia Woods comenzó a trabajar como gerente de cuentas de ventas de un fabricante en Ontario, Canadá, no sabía que uno de sus desafíos más grandes sería enfrentarse con situaciones incómodas para ir al baño.
La primera vez que bajó a una mina hace 15 años, era evidente que las instalaciones y los equipos allí estaban hechos para mano de obra masculina. Cuando se puso su mameluco se dio cuenta que, incluso la talla más pequeña, le quedaba demasiado holgada.
Cuando Alicia bajó a las minas y vio que no había baños privados, se dio cuenta de lo embarazoso que sería bajarse el mameluco. Así que solo lo evitó. “No bebí nada antes de ir bajo tierra”, dice, “porque no quería exponerme a esa situación”.
Hasta que un día, la cabina del ascensor se retrasó y tuvo que caminar un largo trecho para encontrar un espacio oscuro y con un poco de privacidad para poner su orinal. Cuando las cosas que llevaba en los bolsillos se le cayeron mientras se agachaba con dificultad, supo que tenía que hacer algo al respecto.
Cuando Alicia bajó a las minas y vio que no había baños privados, se dio cuenta de lo embarazoso que sería bajarse el mameluco. Así que solo lo evitó. “No bebí nada antes de ir bajo tierra”, dice, “porque no quería exponerme a esa situación”.
Hasta que un día, la cabina del ascensor se retrasó y tuvo que caminar un largo trecho para encontrar un espacio oscuro y con un poco de privacidad para poner su orinal. Cuando las cosas que llevaba en los bolsillos se le cayeron mientras se agachaba con dificultad, supo que tenía que hacer algo al respecto.
Sin ser diseñadora, supo que era necesario hacer una abertura en la parte trasera. Acudió a una costurera para coser un prototipo, y sus amigas empezaron a pedir sus propios mamelucos. Un nuevo negocio había nacido: Covergalls, mamelucos para mujeres.
Alicia comenzó con mamelucos para la minería y la construcción hechos de material reflectivo Scotchlite de 3M. Covergalls ahora también vende guantes para mujeres y está expandiendo la línea para incluir mamelucos con peto y pantalones de trabajo.
TSin ser diseñadora, supo que era necesario hacer una abertura en la parte trasera. Acudió a una costurera para coser un prototipo, y sus amigas empezaron a pedir sus propios mamelucos. Un nuevo negocio había nacido: Covergalls, mamelucos para mujeres.
Alicia comenzó con mamelucos para la minería y la construcción hechos de material reflectivo Scotchlite de 3M. Covergalls ahora también vende guantes para mujeres y está expandiendo la línea para incluir mamelucos con peto y pantalones de trabajo.